Hobbes: justificación del Absolutismo
"(...) En el Leviatán Hobbes justifica el absolutismo como política ideal contra los males de la sociedad y el Estado es presentado como el instrumento que remedia el estado de naturaleza en el que el hombre se ve envuelto en una situación de guerra de todos contra todos, donde no hay lugar para la paz y la armonía. Hobbes parte de la idea que el hombre, para subsanar una situación caótica y salvaje, establece leyes para la paz y el orden mediante un pacto o contrato social, en el que el poder se otorga a un solo hombre o a una asamblea de hombres, el Estado o Leviatán, que aúna todos los poderes individuales y es soberano absoluto. El estado, por tanto, pese a ser artificial y contrario a la naturaleza humana, es considerado un mal menor, y garantiza la supervivencia y la paz entre los hombres a costa de perder autonomía y libertad individual. En la portada original del Leviatán queda simbolizada la teoría hobessiana. En ella se observa una figura gigante en el centro, el Leviatán, sostiene con los brazos extendidos, simbolizando dominio, una espada y un báculo en cada mano, uniendo el poder secular y religioso. Para Hobbes, cuyo planteamiento del poder es laico, la religión es útil, a nivel pedagógico, ya que predica la sumisión y atempera el pueblo, aunque no debe tener poder. Esta figura gigante, que sostiene la corona en su cabeza, que a su vez contiene mitra, refiriéndose a la subordinación del poder religioso al civil, tiene el cuerpo formado por pequeñas figuras, los súbditos que han otorgado su poder por pacto al Leviatán. La imagen de la figura, por encima de la ciudad, se completa con una inscripción en la parte superior del cuadro, no hay poder en la tierra que se pueda comparar.Bajo la imagen principal, se establece un paralelismo entre el poder secular y el religioso mediante diversas imágenes, fusionando ambos poderes en uno sólo, el Leviatán. Castillo e iglesia, corona y mitra, cañón y rayos anatema, de maldición, trofeos y botines de guerra con tridente y silogísticos, pues el uso de la razón silogística como argumento nos dice que sus armas son las palabras y, por último, se representa el campo de acción, la batalla y el concilio, en el que se toman las decisiones (...)"
La condición del hombre es la de guerra de todos contra todos, en la cual cada uno está gobernado por su propia razón, no existiendo nada de lo que pueda hacer uso que no le sirva de instrumento para proteger su vida contra sus enemigos. De aquí se sigue que, en semejante condición, cada hombre tiene derecho a hacer cualquier cosa, incluso en el cuerpo de los demás. Y por consiguiente, mientras persiste ese derecho natural de cada uno con respecto a todas las cosas, no puede haber seguridad para nadie... El único camino es erigir un poder común capaz de defenderlos (...) es conferir todo su poder y fortaleza a un hombre (...) (el rey)
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